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03/Feb/06

La domótica llega a todas las habitaciones y necesidades del hogar

El sueño de la casa inteligente: de suelos con temperatura regulable a la música a la carta para cada estancia, el único freno son los precios.

(El País) - El mando a distancia del televisor, el portero automático con imagen, toldos que se suben y se bajan cuando notan el sol o la lluvia... La domótica lleva implantada en los hogares españoles más tiempo de lo que se cree. Tecnológicamente todo es posible, y el precio es el único freno para la expansión de la domótica.

Durante casi un mes, El Corte Inglés expone una veintena de empresas que trabajan para introducir la domótica en las viviendas. Hay soluciones para todo, desde la intensidad de los focos del techo a la regulación de la temperatura del suelo.

Cuando se abre la puerta, las luces del vestíbulo se encienden sin necesidad de apretar interruptor alguno. Primero, y antes que nada, en una casa domótica, no hay interruptores, sino botones, y las cosas no se aprietan, se pulsan.

Sigamos hacia el interior de la casa: un salón minimalista con pocos muebles, pero grandes, presidido por una pantalla plana de alta definición. El espacio, el ambiente —ojo, lo de cuarto también suena fatal—, se completa con el comedor, pero la sensación de separación no la aporta las paredes, sino la iluminación. Las luces crean espacios.

Un panel -preferible a caja- en la pared muestra lucecitas verdes colocadas en seis columnas, unas más altas que otras. Es el aparato de Lutron que crea "escenas de iluminación" y zonas de lectura. La columnita con más luces es la que corresponde al salón, donde un grupo de personas charlan sobre las maravillas que nos rodean; la columnita con menos luces verdes corresponde al vacío comedor. Si se quiere ver la tele, con un mando a distancia se bajan las luces —atención, nada de encender o apagar, aquí es subir o bajar— y se crea una penumbra que ni la luz exterior puede violar. El aparato también se encarga de correr las cortinas.

Un enchufe único

A media luz se aprecia mejor la calidad de las imágenes de la pantalla plana e incluso el sonido. En la pared, los únicos enchufes —perdón, conectores— de la casa incorporan unos puntos lumínicos. Son únicos en el mundo, de la empresa catalana Digihometech. Son conectores multimedia, retroiluminados; permiten la interconexión entre diversas fuentes de audio, vídeo e informática. Centralizan todas las conexiones, eliminan cables y, además, son bonitos.

Del salón al dormitorio, con pantalla plana incrustada en la pared, como un cuadro, sauna y una cerámica en el suelo con temperatura regulable, para no enfriarse a la salida de la bañera; perdón, jacuzzi.

En la cocina, hasta el extractor de humos tiene su aquel. El espacio es enorme, pero un mando a distancia evita paseos. El frigorífico de Siemens incluye una pantalla de televisor en la puerta; los hornos de Míele son de vapor. En la pared hay un cilindro con una pantalla por donde pasan letras: son títulos de la música que suena, o la radio que está sintonizada. Puede ser de aquí o de Singapur. El Aparato Roku, que así se llama, busca emisoras en Internet y música en el disco duro de los ordenadores de la casa. Se puede colocar uno en cada habitación y escuchar la música que quiera cada uno de sus ocupantes, aunque quizá el precio anime a que la familia se ponga de acuerdo: 550 euros cada aparato. Aunque parezca increíble, se instalan varios cada mes en España.

Por 2.650 euros Beyón Ibérica coloca en la cocina una pantalla retráctil con acceso al escritorio del ordenador de la casa, además se ven imágenes que envían las distintas cámaras instaladas en el hogar. Todo es sin hilos. El teclado de IceBox, que parece de gomaespuma, va de aquí para allá, siempre a mano por si se quiere enviar un correo.

Las luces del vestíbulo se vuelven a encender cuando la visita se despide. En la pared, un panel de Alartec comprueba la seguridad de la casa a partir de 400 euros, que se pueden ir aumentando según se añadan detectores de agua, de humos, de movimiento, televigilancia o teleasistencia que llama a un móvil si, por ejemplo, el abuelo no ha pasado por un lugar determinado para tomarse la píldora de las doce. La domótica lo soluciona todo, sólo hace falta una vivienda, una buena cuenta corriente y, casi lo más importante, pensarlo todo bien antes de las obras.

Aportado por Eduardo J. Carletti

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