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Nace 'Babybot': el androide que aprende como los niños
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Científicos italianos diseñan un robot que reproduce los procesos cognitivos del cerebro humano.
(El Mundo) - Es una monada de criatura, de ojos saltones y boquita carnosa. Tiene dos años y ha venido al mundo en Génova, donde entre mimos y cuidados
está dando sus primeros pasos en el mundo.Y, como cualquier bebé de su edad, se pasa el día cogiendo los objetos que se encuentra tirados por el suelo,
toqueteándolos, manoseándolos, experimentando con ellos y aprendiendo a usarlos. Se llama Babybot y podría permitir a los científicos desvelar los secretos de
la percepción y del aprendizaje humanos.
Babybot es un androide nacido en el laboratorio de robótica de la Universidad de Génova, hijo de un equipo de investigadores italianos, franceses y suizos. Pero
sobre todo, es el emblema de un proyecto científico financiado por la Comisión Europea que tiene como meta explorar las fronteras de la inteligencia biológica y
artificial. Todo, gracias a Babybot, un pequeño robot que reproduce el comportamiento de un bebé de dos años.
Babybot cuenta con un cerebro compuesto por 20 ordenadores que se asemeja en su funcionamiento a una red neuronal. Ese complejo mecanismo informático
funciona de manera similar al cerebro de un crío: crea conexiones neuronales o fortalece las ya existentes por medio de los mensajes que recibe a través del
aprendizaje y de la experiencia directa. Los científicos esperan que Babybot les permita comprender cuál es el proceso de percepción humana, así como las
claves para una nueva generación de robots capaces de aprender de su propia experiencia.
"Nuestra conciencia depende esencialmente de nuestro sentido de la presencia", resume Giorgio Metta, profesor del Laboratorio de Robótica de la Universidad
y coordinador de este proyecto. Partiendo de esa idea, los investigadores han tratado de recrear artificialmente en Babybot ese sentido que según los estudios
psicológicos se desarrolla entre los seis y los 18 meses de vida y que nos permite tener conciencia de nosotros mismos y de lo que nos rodea. "Controlando una
serie de parámetros, el robot nos va a permitir explorar, por ejemplo, los detalles de la relación entre un crío y los extraños, los objetos que le rodean o sus
padres", proclama el profesor Metta.
Como un niño cualquiera, Babybot experimenta con los objetos que encuentra a su paso y aprende a utilizarlos. Para ello, cuenta con un brazo con la habilidad
de agarrar, un par de ojos equipados con cámaras, dos oídos y una boca. Y como cualquier chaval de su edad, siente el deseo irrefrenable de toquetear todo
aquello que se encuentra a su alcance, lo que le permite establecer diferentes relaciones y aprender de sus errores.
Así, si en un determinado momento Babybot no es capaz de coger con firmeza un objeto, la próxima vez que se encuentra ante él trata de alzarlo empleando una
estrategia distinta. Aprendiendo de sus errores, el pequeño autómata ya ha conseguido asimilar, por ejemplo, qué es lo que debe hacer para rodar una botella
sobre una mesa. Las posibles aplicaciones de esta investigación son muy numerosas: desde la realidad virtual a la robótica y la inteligencia artificial, pasando por
la psicología y la investigación neurocientífica. No está nada mal para un robot que todavía es un bebé.
Aportado por Eduardo J. Carletti
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