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Conversar con una máquina: el mundo interior del robot Ripley
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Ripley, un robot con los ojos en la mano, puede conversar bastante bien sobre su mundo: la superficie de una mesa.
(NPR) - Un niño puede hablar elocuentemente con unas pocas palabras. Pero las computadoras tienden a comunicarse de manera torpe, aunque sepan la
definición de todas las palabras del diccionario.
Una investigación reciente sugiere que esto es porque las palabras y las reglas para su uso representan sólo la punta del iceberg lingüístico.
"La lengua es, intrínsecamente, una actividad social", dice Deb Roy, investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts. "Es mucho más que vocabulario y
gramática. Eso es sólo lo que se ve en la superficie".
Roy forma parte de un equipo que busca desarrollar robots que se puedan comunicar de manera más efectiva con la gente. En este proceso, están aprendiendo
qué es lo que subyace debajo del lenguaje humano.
El mundo-mesa de Ripley
Uno de los experimentos del equipo es un robot llamado Ripley.
Ripley no conoce muchas palabras, ya que sólo aprende sobre las cosas que hay en un mundo muy limitado, la superficie superior de una mesita cubierta con un
mantel.
Ripley puede ver los objetos que se encuentren sobre la mesa con un ojo electrónico y puede tomarlos con una mano mecánica. Los "ojos" (cámaras) están junto
a la parte manipuladora, al extremo del mismo brazo. El robot tiene una imagen mental de la mesa en su cerebro computacional.
Kai-Yuh Hsiao, un estudiante graduado en el laboratorio de Roy en el MIT, muestra cómo interactúa Ripley con su mundo. Cuando pone en operación al robot,
éste comienza a mirar la superficie de la mesa.
"Está mirando ahora esa vaina azul y esa bola roja", dice Hsaio.
Hsiao habla por un micrófono conectado al cerebro de Ripley: "¿Dónde está la azul?", pregunta.
Ripley responde: "En el centro".
Ripley aprende de los objetos sobre su mesa del mismo modo que lo hacen los niños, mirándolos, tocándolos y moviéndolos. El cerebro del robot recuerda de
qué color es cada objeto y si es duro o blando, liviano o pesado.
Roy explica qué es lo que vuelve diferente a Ripley con respecto a la mayoría de los otros robots conversadores.
Realidad compartida
"No es una máquina de proceso de lenguaje que sólo se mueve alrededor de símbolos", explica Roy. "Pongo esta cosa ante Ripley y de repente tenemos algo
sobre qué hablar. Ripley y yo estamos hablando de esa cosa que está allí en el mundo que los dos podemos ver y tocar y sentir".
Roy dice que la mayoría de las otras computadoras y robots sólo conocen las definiciones de diccionario. Pero para lograr la comunicación más básica es crítico
cerciorarse de que las palabras tengan una relación con el mundo físico, dice Roy, y esto es apenas un mínimo paso hacia lo que hacen los seres humanos con el
lenguaje.
"El nivel básico es el físico", dice. Los pensamientos más sofisticados, creo, requieren que una persona sepa lo que está pensando la otra.
"¿Por qué dices las cosas que dices?", pregunta Roy. "¿Cuáles son las cosas en las que puedes creer en este momento? Todas son inferencias, son todos actos
de fe, conjeturas que estoy haciendo sobre lo que está pasando dentro de tu cabeza".
Los científicos llaman a esto "teoría de la mente", o "la teoría de otras mentes".
Otro punto de vista
Roy explica que el robot Ripley no tiene una verdadera teoría de la mente. Pero su programación incluye lo que puede ser un vital primer paso en esa dirección:
Ripley tiene la capacidad de ver el mundo desde otro punto de vista. Literalmente.
Hsiao ofrece una demostración. Él está de un lado de la mesa de Ripley. El robot está en la otra, y hay dos objetos en la mesa. La pantalla de computadora
muestra una imagen de la mesa desde el punto de vista de Ripley.
Hsiao le dice a Ripley, "Alcánzame la que está a mi izquierda", y el robot lo hace. Hsiao señala hacia la pantalla de Ripley. Ha cambiado de modo que muestra
ahora cómo ve el mundo Hsiao, lo que le da la posibilidad al robot de interpretar correctamente la orden "mi izquierda".
Roy dice que esta capacidad cuenta para una rudimentaria teoría de "las otras mentes". Pero es un pequeño avance hacia habilidades más complejas, como la
empatía.
Hay una creciente evidencia de que el cerebro humano ha evolucionado para ser extraordinariamente bueno para entender los pensamientos y las sensaciones de
las mentes de los otros, dice Roy. Y que esto juega un papel enorme en el lenguaje.
"Las palabras son la punta del iceberg, y el iceberg es esta estructura mental muy rica que se evoca tanto en tu mente como en la mía", dice. "Nos estamos
comunicando con éxito según sea el grado en que se superpongan de alguna manera, y el grado en el que se alinee lo que está en tu cabeza y lo que está en mi
cabeza".
Aportado por Eduardo J. Carletti
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Más información:
Ripley: A Conversational Helping Hand
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